URL: http://www.parroquiasarria.net RECTOR
VOLTÀ 5 · 08034 BARCELONA · TEL. 932 030 907
|
Any
22, núm. 4: Diumenge Quart durant l'Any, 28 de gener de 2001
Divendres, "La Candelera", festa
de la Presentació
DIVENDRES, "LA CANDELERA", FESTA DE LA PRESENTACIÓ A cada Missa (8, 10 i 20.15 h), hi haurà
benedicció de les candeles i entrada processional, amb les quals
començarà l'Eucaristia. Convidem especialment les mares
que des de la festa de l'any passat han donat a llum algun infant, a donar
gràcies pel do de la maternitat i oferir al Senyor el fill o la
filla que han tingut. Des de 1997, Joan Pau II ha volgut també que
aquest dia es dediqui a donar gràcies pel do de la vida consagrada.
El proper divendres, 2 de febrer, a l'hora
habitual (de 21.45 a 23.15 h, a la sala de la casa rectoral), tindrà
lloc una xerrada-col.loqui amb tres missioners que vindran a donar-nos
el seu testimoniatge. Ens explicaran la vivència de la fe en països
de missió i respondran a totes les nostres preguntes. Certament
serà una ocasió molt especial per conèixer més
l'Església i les diferents vocacions que l'Esperit Sant hi suscita.
No deixeu d'assitir-hi!
Els dies 10 i 11 de febrer farem una excursió
a Arbúcies amb totes les tandes. La sortida serà a les
8.30 del matí des de la Parròquia i el retorn el diumenge
a les 20.00, també a la Parròquia. Aquesta excursió
és per a infants de 6 a 13 anys. Podeu demanar més informació
a Mn. Ferran.
Dimecres 31 de gener, celebrarem els 90 anys
de la senyora Mariana Peich. Hi haurà un concert d'acordió
i després berenarem.
Avui, trobareu la tercera i última
part del resum de la carta apostòlica del Sant Pare Novo
Millennio Ineunte ("Al començament del Tercer Mil·lenni").
Sobre la taula del cancell també podeu trobar el text
de l'homilia de la festa de Sant Vicenç, patró de
la Parròquia. Mn. Manel es va referir al testimoniatge del bisbe
vietnamita F. X. Nguyen van Thuan, nomenat fa focs dies cardenal i que
va patir llargs anys d'empresonament. Recomanem el seu llibre (va per la
quarta edició): Testigos de esperanza. Ejercicios
espirituales dados en el Vaticano en presencia de SS. Juan Pablo II,
Ed. Ciudad Nueva.
CÀRITAS PARROQUIAL: DESPESES DEL QUART TRIMESTRE DE 2000: Ingressos bústia temple: 482.000 PTA
"TOTA LA VIDA I LA VIDA DE
TOTS"
Con motivo de la próxima JORNADA POR LA VIDA, a celebrar el domingo 4 de febrero, los Obispos de la Subcomisión episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española dirigimos este mensaje a todos los cristianos y a todas las personas que aman la vida y desean promoverla. Dos enseñanzas nos pueden ayudar a considerar de nuevo el sentido y el valor de la vida humana. Por una parte, la rica doctrina contenida en la Carta encíclica de Juan Pablo II sobre el Evangelio de la vida. "Se trata --afirma el Papa-- de hacerse cargo de toda la vida y de la vida de todos". Por otro lado, una estupenda página evangélica --diálogo y parábola-- de valor universal. 1. Toda la vida "Maestro, ¿qué he de hacer para obtener la herencia de la vida eterna?" (Lc 10,25). Narra el evangelista que en cierta ocasión un maestro de la ley dirigió a Jesús --para ponerle a prueba-- esta pregunta. Es la pregunta por la cooperación del creyente a su propia salvación. Pero más radicalmente es la pregunta por la vida en plenitud --vida eterna y feliz-- que todo ser humano anhela en lo más hondo de su corazón. Sólo Dios, que es la fuente de la Vida, puede responder acabadamente a esta bsqueda que orienta todo el deseo y el obrar humano. Todos los seres vivos participan de la Vida del Creador. Las perfecciones y belleza de las criaturas remiten al ingenio, destreza e inspiración del Artista que las ha formado. El maravilloso mundo vegetal y animal son lenguaje, cántico, sinfonia de alabanza a la majestad del Dios todopoderoso, el Autor de la vida. Pero el ser humano, como criatura personal, participa de un modo peculiar y especialísimo en la intimidad personal de la Vida divina, que es Comunión de amor. Por eso todo hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, posee una dignidad sagrada, que sobrepasa de modo absoluto al resto de las criaturas no personales. El reconocimiento y respeto de esa dignidad personal es el fundamento de las relaciones verdaderamente humanas. "Amarás y vivirás" (Lc 10, 27-28). La respuesta que el hombre debe ofrecer al don de la vida se encuentra en el ncleo de la ley de Dios: amar a Dios por encima de todo y al prójimo como a uno mismo. Este mandato revelado se halla, además , inscrito en el corazón de todo hombre. Es un imperativo razonable. 2. La vida de todos Aquel hombre, queriendo justificarse, le hace una segunda pregunta a Jesucristo: "¿Y quién es mi prójimo?" La respuesta de Jesús --"un hombre... despojado, golpeado, medio muerto"-- es una de sus enseñanzas más luminosas, como un compendio de todo el evangelio: la parábola del buen samaritano. También podríamos denominarla la parábola del hombre despojado. "Mi prójimo" es un hombre cualquiera que me encuentro tirado en el camino, herido, abandonado. Ese hombre concreto está apelando a la conciencia de quien lo encuentra: para que reconozca en el rostro desfigurado y en el cuerpo contrahecho, dolorido, la imagen del hermano, del "otro yo" que pide una ayuda efectiva, una mano cercana. Intentemos ahora comprender nuestra sociedad a la luz de este evangelio. Así podríamos afirmar que esa persona concreta despojada es hoy uno de los miles de niños --la criatura más débil e inocente-- que son eliminados en el seno materno. La cuna natural de la vida se convierte para él en el "corredor de la muerte". Una sociedad que legitima un crimen tan abominable como el aborto está perdiendo el sentido mismo de la dignidad humana, base de los derechos fundamentales y de la verdadera democracia. Esa persona concreta despojada en nuestra sociedad puede ser una de las madres que, ante las dificultades para sacar adelante al hijo de sus entrañas, es dejada sola. En este período en el que necesita más ayuda muchas veces no encuentra apoyo efectivo al que tendría derecho. Esa persona concreta despojada puede ser también hoy, en nuestra sociedad, uno de los emigrantes pobres que acuden a nuestras tierras --quzá tras sobrevivir a una penosa travesía-- buscando una oportunidad en la vida. En ocasiones encuentra que el bienestar no es repartrido entre todos. Esa persona concreta despojada puede ser hoy, en nuestra sociedad, uno de esos muchos ancianos abandonados. La sociedad los considera cada dia más como una carga inoportable. Se llega a la aberración de la aceptación cultural y legal de la llamada eutanasia, forma gravísima de insolidaridad. La enumeración de formas de despojo podría seguir. 3. Todos juntos debemos construir una nueva cultura de la vida Contnúa la parábola. Casualmente pasó junto al hombre herido un sacerdote y después un levita. Ambos lo vieron, pero dieron un rodeo. Esta mención debió ruborizar a su interlocutor y al resto de las autoridades religiosas que escuchaban en ese momento a Jesús. También nosotros, pastores de la Iglesia, y todos los discípulos de Cristo hemos de sentirnos directamente interpelados por esta indicación del Maestro. No podemos pasar de largo ante ese hombre que encontramos, hoy, despojado, en nuestro camino, en nuestras calles. La Palabra de Dios nos llama a un profundo examen de conciencia y revisión de vida. La coherencia y la credibilidad de nuestro anuncio cristiano requiere que amemos con obras. Pero sigue aún el relato de Jesús. Y es en este momento oscuro cuando brota la luz. La historia de una tragedia fratricida de crueldad e indiferencia se transforma en historia de amor fraterno, hermoso. Es precisamente un samaritano --considerado habitualmente por los contemporáneos de Jesús un infiel despreciable-- quien se mueve a compasión ante el hombre malherido y se desvive por él. El buen samaritano es la figura de la persona que vive para los demás, abierto a compartir los sufrimientos de los otros. Gracias a Dios, en nuestra sociedad son muchos, miles --cristianos o no-- los que reviven con infinidad de gestos la actitud generosa, hondamente humanitaria, del que se acercó al hombre maltrecho. Son muchos los que acogen con amor sacrificado al niño por nacer, a la madre en apuros, al emigrante desamparado, al anciano desvalido. Ese amor hecho obras de misericordia es el que hoy edifica eficazmente la civilización del amor y la cultuda de la vida. Acabada la narración Jesús le devuelve
la pregunta a su docto intelocutor. Pero cambia los términos. La
cuestión sobre la identidad del prójimo --¿quién
es mi prójimo?-- tiene una respuesta obvia: todo hombre. La cuestión
decisiva es otra: ¿Quién fue prójimo del hombre despojado?
La respuesta debe darla cada ser humano con sus obras. Esa respuesta decide,
juzga, el auténtico valor de su vida. En su contestación
el interlocutor no se atreve a mencionar el nombre "samaritano", pero acierta
igualmente. Fue verdaderamente prójimo del hombre despojado
"el que practicó misericordia con él". Hasta un niño
habría sabido contestar a una pregunta tan fácil. El evangelio
de la misericordia predicado por Jesús llega --sencillamente--
al corazón del hombre, de todo hombre. La conclusión del
diálogo y de la parábola no requiere más comentarios.
Requiere, simplemente, que cada uno la convirtamos en norma de vida: "Vete
y haz tú lo mismo".
Mn. Manel Valls i Serra, rector
A/e: santvicenc@terra.es |
|||||
|